Diáfana, bucólica, rústica y campestre, la nueva propuesta couture de Pier Paolo Piccioli y Maria Grazia Chiuri se recrea en una joven y juguetona María Antonieta correteando por las pequeñas granjas adyacentes al palacio de Versalles: "Si sólo piensas en las prendas, te quedas en lo superficial" explica Piccioli poco antes del desfile. "La moda necesita de la historia y de la cultura para adquirir el verdadero significado".
Así, Valentino iluminó el hotel Salomon de la Ciudad de la Luz con un bellísimo despliegue de largos vestidos lady de organza con estampados microflorales en los que las puntillas, el encaje la paleta cromática en todos nude y pastel entretejía una sólida propuesta de estudiada fragilidad. Blusones con mangas abullonadas, cuellos cisne con finos ruffles, lazadas de pintor y diseños joya cuajados de cristales caracterizan a un menú de marcado estilo cottage que nos acerca la primavera más fresca.
Los complementos apelan una discreción absoluta -la silueta longilínea de los vestidos contrasta se alterna con zapato plano de encaje y bolsos de mano que se integran con la propia muñeca-. En definitiva, una fantástica oda a la pureza y la inocencia.
Así, Valentino iluminó el hotel Salomon de la Ciudad de la Luz con un bellísimo despliegue de largos vestidos lady de organza con estampados microflorales en los que las puntillas, el encaje la paleta cromática en todos nude y pastel entretejía una sólida propuesta de estudiada fragilidad. Blusones con mangas abullonadas, cuellos cisne con finos ruffles, lazadas de pintor y diseños joya cuajados de cristales caracterizan a un menú de marcado estilo cottage que nos acerca la primavera más fresca.
Los complementos apelan una discreción absoluta -la silueta longilínea de los vestidos contrasta se alterna con zapato plano de encaje y bolsos de mano que se integran con la propia muñeca-. En definitiva, una fantástica oda a la pureza y la inocencia.
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